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La mejor salud es la prevención, y para ello hay unas cuantas reglas imprescindibles:
Una buena alimentación, condiciones higiénicas del animal y su habitáculo, no exponerlo a situaciones estresantes ni al frió, a poder ser evitar el contacto con animales callejeros que no tienen ningún control sanitario y claro está, llevar a rajatabla un calendario de vacunaciones y desparasitaciones.

Los cachorros al nacer reciben anticuerpos de la madre, pero a la 9ª semana de edad pierden esa inmunidad pasiva, por lo que es necesario comenzar a vacunarles ante las enfermedades infecciosas más comunes:
Rinotraqueitis vírica
Panleucopenia felina
Calcivirus
Leucemia felina
Clamídia



Posteriormente y si en su comunidad es obligatorio, o en el caso de tener que viajar entre diferentes países de la Comunidad Europea es obligatorio vacunarles de rabia. De todas estas vacunas, hay que ponerles al menos 2 dosis entre la 7ª y 12ª semana de vida, y luego repetir otra dosis anualmente.
También existe en el mercado una vacuna contra el PIF (Peritonitis infecciosa Felina) aunque a día de hoy no hay un acuerdo sobre su eficacia y conveniencia.

En cuanto a las desparasitaciones, y para tener un control efectivo se recomienda darles un vermífugo cada 3 meses, aunque nuestro gato no salga de casa, siempre hay un riesgo de que las personas traigamos huevos de cualquier parásito intestinal en el calzado. Existen en el mercado buenas marcas que se presentan como pastas orales, pastillas o pipetas que se aplican en la nuca y parte posterior del cuello del gato evitando que este lama el producto.

El HCM
es como se conoce a la Cardiomiopatía Hipertrófica felina, es básicamente el engrosamiento de la pared izquierda del corazón, como es una enfermedad con un fuerte componente hereditario, es fundamental hacerle una ecografía de corazón con un buen cardiólogo especialista para detectarla tempranamente. De esto se desprende la necesidad de hacer estas pruebas a partir del primer año de edad del gato y si dieran positivo separar inmediatamente al ejemplar de cualquier programa de reproducción, ya que con mucha probabilidad transmitirá esta enfermedad a su prole y nunca conseguiremos erradicarla. En los gatos destinados a reproducción hay que repetir la ecografía cada 12 o 18 meses, durante todo el ciclo reproductivo, se han dado casos de gatos a los que en la primera ecografía no se ha detectado ningún problema y al repetir la prueba un año después o incluso en una 3ª o 4ª vez hayan aparecido signos de la enfermedad.

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